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viernes, 28 de marzo de 2014

¿LA GENERACIÓN KINO?





HUGO EL BOCONÉS



     No conozco personaje más típico del chavismo que este señor. Impecable en su vestimenta, su capa roja siempre le ha dado un tono fundamentalista a sus movimientos, desde que estaba en las aulas de la ULA persiguiendo utopías violentas de las que generalmente están dispuestas a llevarse por delante a cuantos disidentes aparezcan en el camino, hasta hoy mismo y luego de una seguidilla de cargos, cuando aparece nada más y nada menos que como Ministro para la Presidencia de la República. Para llegar allí no se necesita mucho si las exigencias son la lealtad perruna y el cumplimiento del deber establecido previamente, el mismo que abrevó en las tertulias atrasadas que llevaba a cabo Chávez en la cárcel de Yare -una cárcel placentera si a ver vamos- y que se fue impartiendo poco a poco hasta llegar a los niveles de la desgracia pública en la que estamos viviendo. Lo notable de la trayectoria de este tocayo del Comandante Eterno es que en cada cargo que ha desempeñado (y miren que son muchos los que ha ocupado hasta ahora) deja siempre una estela parecida a la del mismísimo Correcaminos, amén de que los reclamos sobre sus polémicos desempeños como funcionario público, provengan ellos de chavistas o no, terminan por lo general en el más absoluto silencio. ¿Cuál es la facultad de este personaje para sobrevivir con tanta regularidad en las esferas del poder sin que le pase nada en el camino? No es que represente en modo alguno una entidad aparte, no. Pertenece como otros a la camarilla principal del chavismo, una aristocracia privilegiada que se anotó desde el comienzo en la lotería política ofertada por el máximo líder, inescrupulosa en todas sus manifestaciones pero que en este caso particular proviene de las filas más jóvenes, específicamente de una clase media muy conectada con las exageraciones patrioteras que, dados los aprendizajes superficiales de las teorías políticas revolucionarias, cayó fatalmente en manos de una burocracia corrupta e ineficiente. Lo cierto es que nadie puede con la exitosa carrera de Hugo el boconés, ni las corrientes internas que lo adversan ni el ya legendario y muy poco respetado PCV, que por cierto actúa como si fuera un jarrón chino en la dinámica del presente. El hombre tiene una capacidad de fénix que le envidian sus más cercanos competidores. Siempre sale ileso de los problemas, siempre tiene una puerta abierta para escapar -mondo y lirondo- del hervidero de mierda que dejan sus cuestionables ejecutorias. ¡Siempre, Dios mío! Hasta que luego de un perfil bajo bien administrado, reaparece, experimenta una nueva epifanía en sus escalones hacia la cúspide del poder, de secretario a gobernador y de gobernador a ministro, "sufriendo" por el padecimiento de los pobres del mundo pero encaramado en el avión presidencial y generalmente dispuesto a entregar sus modestos y reiterados esfuerzos en cualquier otro cargo que le ofrezcan. (FOTOSÍNTESIS lo reseña en la presente entrega como lo que es, el arquetipo de los jóvenes audaces que sin pensar mucho sobre sí mismos o sobre la realidad circundante, con muy poco trabajo por cierto, llegan por casualidad a una "prosperidad" que no se merecen).               

domingo, 23 de marzo de 2014

LOS ROSTROS DE LA VERDAD OCULTA




Señores, que fue Caín quien mató a Abel







     Mantener un discurso retorcido es necesario si se quiere asegurar el dominio del poder político. Así lo ha considerado el autoritarismo -de derecha o izquierda, comunista o fascista- a lo largo de su historia política, sin otro particular que el de atornillarse en el poder a toda costa y mediante el uso inescrupuloso de la mentira, emulando la naturaleza embustera del célebre Pinocho o haciéndonos creer en un cuento de aparente coherencia (cuento al que por cierto se remiten todos los seguidores del consabido discurso como si se tratara del mismo Padre Nuestro) y según el cual no fue Caín quien mató a Abel como se asienta en los textos sagrados, sino que, por obra y gracia de la repetición descarada, las cosas fueron definitivamente al revés. Tal principio (el de aferrarse a un discurso retorcido) y sobre todo su expresión concomitante (la de difundirlo hasta la saciedad) es el que tiene hoy en día a Iván Simonovis pudriéndose en la cárcel. Pero es también el que le ha impedido a María Corina Machado hablar en la OEA. Ambas situaciones, la una inmerecida porque las evidencias no condenan en absoluto al comisario mientras que sí apuntan hacia los pistoleros de Puente Llaguno, y la otra vergonzante, debido a que la censura ha llegado a una institución que se creó precisamente para salvaguardar la libertad de los pueblos, son la muestra más acabada de lo que estamos viviendo con los gobiernos latinoamericanos. La muestra del Gobierno de Venezuela por su carácter opresor y cuya careta empieza a desplomarse a pesar incluso de la repetición del discurso retorcido, y la de los gobiernos que se opusieron a que María Corina hablara en la OEA, que como sabemos lo hacen por razones no muy dignas de sus tradiciones supuestamente democráticas. (FOTOSÍNTESIS le dedica la presente entrega a los dos protagonistas que encabezan hoy la condición de héroes indiscutibles del pueblo venezolano: Iván Simonovis y María Corina Machado. Junto a los estudiantes, por supuesto, que siguen siendo la levadura de la antigua canción).