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viernes, 18 de octubre de 2013

LA ENCRUCIJADA FORTUITA

Apelamos nuevamente a la presente entrada para dar cuenta de hoy, 18 de octubre, día en que Venezuela se enfrentó a la disyuntiva de la salida pacífica o el golpe militar en 1945. Añadimos sin embargo un dato importante que recoge la opinión de Simón Alberto Consalvi  y en la que el intelectual merideño (figura protagónica del siglo XX y a su vez historiador prestigioso) afirma que la opción convenida alrededor de Diógenes Escalante no tenía probabilidades de éxito, pues según su análisis, la candidatura de Eleazar López Contreras que también competía en aquellos momentos, por ejercer el control mayoritario del Congreso de entonces, tenía asegurada la Presidencia de la República. Conocido ese testimonio que el periodista Ramón Hernández le arranca a Simón Alberto Consalvi en su libro Contra el olvido, no por ello cambiamos nuestro punto de vista. Más bien lo ratificamos: el imponderable de la locura de Escalante fue lo que hizo que nuestra democracia, desgraciadamente, surgiera de un acto de fuerza. Lean por segunda vez mis opiniones al respecto:

SI SE LES ABRE EL CORRAL DESPUÉS ES MUY DIFÍCIL METERLOS




¿Conoces este rostro? ¿Sabes que tiene más que ver contigo de lo que te imaginas? Digamos que su vida estuvo asociada a una circunstancia de primer orden, allá por los años 40, cuando la presión sobre los seguidores del gomecismo se hizo muy evidente y comenzaron a expresarse las primeras demandas sobre una democracia directa. Diógenes Escalante, porque así se llama el señor de la foto, es el principal protagonista de uno de los momentos de mayor significación en la historia de Venezuela. Era embajador en Washington cuando el gomecismo "blando" de Medina Angarita lo llamó a ejercer la presidencia de Venezuela. Todo estaba fríamente calculado, a la manera del Chapulín, puesto que se habían concertado las fuerzas políticas alrededor de su candidatura, y el Congreso Nacional (único depositario de la voluntad electoral de entonces) lo elegiría inevitablemente Presidente de los venezolanos. ¡Unidad total para una transición pacífica hacia las elecciones directas, universales y secretas! Pero una cosa es la que el hombre propone y muy otra la que Dios dispone. De pronto, durante una mañana en que debía concurrir a un desayuno en el palacio presidencial, se le volaron los tapones al pobre, divagó largo rato sobre el paradero de sus camisas y, finalmente, luego de que una Junta Médica certificara su estado demencial, el hombre fue declarado incompetente para el cargo. Un imponderable, el "cisne negro" de la política venezolana, la coyuntura que nos hundió al final, tales son los calificativos posteriores al evento. Lo cierto es que de aquel inesperado acontecimiento se produjo luego el golpe cívico-militar del 18 de octubre de 1945, con un efecto doble para la Venezuela contemporánea, víctima por un lado del surgimiento de la democracia por una vía no democrática y por el otro, con todo y lo importante que fue el ensayo de Rómulo Gallegos y todavía más tarde la democracia civil establecida en 1958, víctima también de la salida de los militares de sus cuarteles. Desde entonces los venezolanos rezamos -y parece que Dios no quiere escucharnos- para que esos genios que se escaparon una vez de sus predios naturales, regresen nuevamente a sus respectivas botellas. (FOTOSÍNTESIS le dedica la presente entrega a todos aquellos que entienden y comparten la división de los poderes en el sistema democrático moderno, pero también al propio Diógenes Escalante, quien de haber llegado a la presidencia nos habría ahorrado más de un gobierno militarista y al mismo tiempo superado el momento sin que apeláramos a la violencia).           
       

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